Se puede definir la infidelidad a aquel comportamiento en el que no se respetan de manera consciente los valores, normas y compromisos que la pareja ha decidido otorgarse, ya sea de un modo explícito o implícito, y que conllevan respecto y lealtad en forma, principalmente, de exclusividad sentimental y sexual hacia tu compañero o compañera. En la base de la infidelidad está la vulneración de la confianza.
Cada persona o cada pareja tendrá una visión particular de lo que es la infidelidad y además cada sociedad tiene unas reglas (más o menos explícitas) de lo que considera adecuado o inadecuado. Por ello es importante poder hablar abiertamente y de forma clara con nuestra pareja sobre qué aceptamos y qué nos puede molestar.
Las principales causas de la infidelidad son: la monogamia nunca ha sido aceptada; nuestra pareja no nos da lo suficiente; creemos que el amor ha desaparecido; existe un vacío emocional; el tener alguien en la “recámara”; la inseguridad o la baja autoestima; el anhelo de pasión y amor romántico; la falta de estímulos o el aburrimiento; algunas creencias; la adicción al sexo; “Ojos que no ven, corazón que no siente”; queremos tomar represalias; tenemos un trauma no resuelto; tenemos expectativas irracionales de lo que nuestro cónyuge debe ofrecer; y el deseo de tener pareja.
Los factores que pueden influir en la infidelidad son: factores biológicos, factores de personalidad, factores sociales y la relación.
Para muchas parejas, la fidelidad es uno de los pilares básicos de su relación y al romperse, se genera una crisis muy importante que no siempre es fácil de superar. Encontrar o “pillar” a nuestra pareja con otra persona, verlo con nuestros propios ojos, puede causar un impacto emocional que para muchas personas resulta traumático.
A menudo la infidelidad sirve para evidenciar que una relación ya estaba rota, o que tenía graves problemas.
Muchos psicólogos consideran que las reacciones emocionales que se dan en la víctima de la infidelidad son similares a las que aparecen en el trastorno por estrés postraumático.
Las mujeres tienden a angustiarse más por las aventuras emocionales y los hombres tienden a angustiarse por las físicas.
La persona que ha sido víctima de una infidelidad sufre daños psíquicos y difícilmente va a poder rehacer su vida con otra pareja durante un largo tiempo por miedo y desconfianza a que le vuelva ocurrir lo mismo.
Podcast publicado el 07 de enero de 2024
Copyright David Monje 2024
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