La palabra `sexting´ procede de usar las palabras inglesas `sex´ que significa sexo y `texting´ que significa enviar mensajes y consiste en enviar mensajes con contenido sexual o erótico a través de dispositivos tecnológicos, como teléfonos móviles o computadoras, de manera voluntaria. A través de un metaanálisis llevado a cabo por la revista Jama Pediatrics se reconoció que una parte considerable de la juventud a nivel mundial practicaba ‘sexting’ enviando material sexual 1 de cada 7 (14,8%) y recibiéndolo 1 de cada 4 (27,4%). En España, los datos de prevalencia del `sexting´ se sitúan en torno al 13,5%. Si nos fijamos en la edad, la prevalencia asciende del 3,4% a los 12 años al 36,1% a los 17 años.
Como en toda práctica sexual, hay que protegerse bien antes de dar el paso. “Tienes que estar dispuesto/a a que, si lo ve el receptor, también lo pueda ver mucha gente”, avisa Paula Álvarez, sexóloga. Otras sexólogas, como Ángela Aznárez, añaden por su parte que “si de verdad quieres hacerlo y está consentido”, optes por servicios de mensajería muy seguros, además de evitar que se te vea la cara o añadir stickers o filtros a la imagen para que no se te reconozca. Aun así, “no existe el ‘sexting’ cien por cien seguro, por lo que los riesgos siguen ahí”, señala.
España se posiciona como uno de los países en los que más se practica el `sexting´, extendido igualitariamente entre hombres y mujeres en el caso de mensajes, sin embargo, en el caso de las fotografías, los hombres son mucho más activos que las mujeres. Mientras entre ellos cuatro de cada cinco se han hecho fotos de contenido erótico para enviar por aplicaciones digitales, en el caso de ellas son una de cada cuatro las que se lanzan a enviar fotos íntimas de contenido sexual. En el caso del `sexting´ no consensuado, el acto de compartir contenido íntimo sin el consentimiento de la persona involucrada puede ser considerado una forma de violación de la privacidad y podría dar lugar a acciones legales, como demandas civiles o cargos penales por difamación, acoso o extorsión.
Debemos de recalcar que hacer ‘sexting’ no es malo en sí, sino el mal uso de este. Por eso, hay que diferenciarlo de otras muchas prácticas, como el exhibicionismo, por ejemplo, pues el ‘sexting’ es un juego compartido y disfrutado por las partes implicadas y la comunicación sería fundamental.
Podcast publicado el 16 de marzo de 2024
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